sábado, 21 de febrero de 2009

POTAJE DE GARBANZOS ESPINACAS Y BACALAO


Si hay un guiso propio para alguna época del año creo que ese el Potaje de vigilia
En España aun se respetaban las tradicionales de vigilia que prohibían comer carne los viernes de los cuarenta días anteriores a Semana Santa
Hoy ya casi nadie respeta esta obligación, de modo que para los que siguen la tradición como para los que no, esta es la receta del plato más emblemático de esos días
Este plato también es típico en Asturias el día del desarme
Es tradicional en Oviedo durante todo el año, pero muy en particular el Día del Desarme, es preparado excelentemente en la mayoría de los restaurantes de la ciudad. Se dice que el plato se sirvió por primera vez en Llanes, a un grupo de la milicia que durante la comida fueron desarmados aunque hay distintas versiones de de la historia
Esta receta como muchas, en cada casa se le daba un estilo, en algunas zonas se hacen con solo garbanzos, es el mas tradicional, en otras con alubias y garbanzos, otras llevan los” repápalos” que es parecido a la bola del cocido, esta es una de mis maneras de hacer este potaje

Preparación
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Se pone a remojo el bacalao en abundante agua fría, durante veinticuatro horas, cambiando el agua tres veces por lo menos.Los garbanzos también se ponen a remojo la noche anterior.
En agua templada se ponen los garbanzos, con un poco de sal, media hoja de laurel, una cebolla y un chorro de aceite y se dejan cocer lentamente hasta que estén tiernos y siempre cubiertos de agua; en caso de necesitarlo, se añade más agua caliente
Por otra parte ya cuando los garbanzos están casi cocido, o cocidos se fríe unos ajos y se apartan, costrón de pan, se saca y se hace un sofrito con cebolla se agrega agua las patatas y se pone a cocer cuando casi están se agregan las espinacas el bacalao los garbanzos cocidos carne de pimiento choricero machacado con el ajo y el pan y se deja cocer durante un rato
Se le pone huevo cocido por encima, hay veces que la yema la pongo también en el majao y solo pongo la clara picada

"correr el entroiro" carnaval


Yo era una niña de unos 6 años cuando disfruté de aquella tradición de “correr el entroiro”. Aún conservaba las dimensiones que uno les atribuye cuando es pequeño. Lógicamente si les pedía permiso a mis padres para acompañar a mis amigos en aquella aventura, me dirían que no. Así que me escapé.
“Correr el entroiro” es una fiesta típica en la que con nuestros disfraces y caretas, se iba por las casas pidiendo comida y dinero para luego hacer una merienda, era típico pedir en el pueblo y en otros pueblos cercanos.
Como los caminos estaban oscuros se utilizaba los “cólmelos” manojos de paja como entrenzada muy altos, en los que se ponía fuego como si fuese una antorcha y con eso se pasaba de un pueblo a otro.
Aquella noche me imagino que mas de uno se iría sin permiso por que yo lo que recuerdo es que a la salida del pueblo tenían los chicos mayores los “cólmelos” escondidos.
Sólo ponerles fuego y con el alboroto que armábamos, toda la euforia, el fuego, mezclados con el miedo así llegamos al otro pueblo donde nos encontramos con los niños de luiña, los pequeños a la retaguardia y los mayores a pedrada limpia.
Fuimos derrotados y no pudimos pasar, así que vuelta atrás. Al llegar a un punto debajo de Fresno vimos unas luces…….gritaron ¡los guardias! Y todos corriendo camino arriba.Que mas que un camino era un inmenso arrollo donde una niña de pequeña le costaba dar paso, allí perdí mi madreña. Llegamos a fresno y la gente tan generosa nos dijo…… ¿donde vais así? Venir a secaros.
Desde allí al pueblo sólo había un camino el de la “balseira”, solo de pensarlo ¡que miedo! había que pasar por el “crucieiro” yo de la mano de mi amiga mary amigas y compañeras de juegos, trastadas y aventuras, siempre había “el típico” algo mas mayor que aunque tenia tanto miedo como los demás grito ¡“un muerto!”y otras tonterías, aparte del las historias que iban contando, de apariciones, del trasgo, que para quitarse ellos el miedo, casi nos da algo a los mas pequeños.
Cuando ya creíamos estar a salvo llegamos al “Rigueiro” un pequeño río que a mi me parecía inmenso, imposible pasar… no se como conseguí cruzar, eso si, los pies no eran míos (no recuerdo que hice con la otra madreña) pero durante mucho tiempo siempre me recordaban mis amigos como la perdí.
Cuando llegue a casa, después de tal aventura,casi disfrute de la azotaina que me dieron.
Al final conseguimos bastante comida para la merienda que se celebró en casa de la “mangeira”: chorizos que nos hicieron, empanadas, chorizos al vino, huevos que nos hicieron tortillas y junto con algunos padres, comimos, bailamos, y disfrutamos de los carnavales, no se si se siguió haciendo esa tradición de pelear mas con el pueblo vecino, para mi si, no quise saber mas nada de“correr el entroiro” otros años salí a pedir, me hice mi careta, pero solo por el pueblo.

La foto es de la última fiesta que se celebro en fondo de villa, hay gente de toda la parroquia años mas tarde sin ningún tipo de rencores por aquella pelea.